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EDD. sábado 22 de octubre de 2016

Sábado de la vigesimonovena semana del tiempo ordinario.
San Juan Pablo II
Memoria obligada
Color: blanco
Antífona de entrada
El Señor lo eligió como sumo sacerdote, y abriendo sus tesoros lo colmó de bienes.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, rico en misericordia, que has querido que san Juan Pablo II, papa, guiara toda tu Iglesia, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas, nos concedas abrir confiadamente nuestros corazones a la gracia salvadora de Cristo, único redentor del hombre. Él, que vive y reina.
LITURGIA DE LA PALABRA.
Primera lectura
Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.
Lectura del libro de Isaías   52, 7-10
¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación y dice a Sión: “¡Tu Dios reina!”
¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz, gritan todos juntos de alegría, porque ellos ven con sus propios ojos el regreso del Señor a Sión. ¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, Él redime a Jerusalén!
El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.
Salmo responsorial  96, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10
R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones
Canten al Señor un cántico nuevo; canten al Señor toda la tierra. Canten al Señor, bendigan su nombre.
Proclamen día tras día su victoria. Cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.
Familias de los pueblos, aclamen al Señor; aclamen la gloria y el poder del Señor; aclamen la gloria del nombre del Señor.
Digan a los pueblos: «El Señor es rey»; él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente.
EVANGELIO
Aclamación al Evangelio  : Jn 10, 14
Aleluya. Yo soy el buen Pastor- dice el Señor – conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Evangelio
«Apacienta mis ovejas».
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 21, 15-17
Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?”
Él le respondió: “Si, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.
Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”
Él le respondió: “Sí, Señor, sabes que te quiero”.
Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.
Le preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”
Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, Tú lo sabes todo; sabes que te quiero”.
Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas.
Reflexión :
( http://es.catholic.net/op/articulos/17383/me-amas-apacienta-mis-ovejas.html# ).

Una flor puede perder sus pétalos por dos razones. La primera, más natural: el cambio de estación. La segunda, por intervención de un sujeto enamorado: extracción sentimental y monótona de las partes de la corola. Para muchos resultará algo cursi y anacrónico, pero para otros tiene su encanto.
Hay una prueba para saber con certeza cómo va el amor: las obras. «Obras son amores y no buenas razones». Quieres, amas, por lo tanto actúas.
Tus obras son las que dan peso y veracidad a tus palabras.
San Pedro fue un gran amante de Nuestro Señor. Falló una vez y le negó, todos lo sabemos y él jamás lo olvidaría. Pero después de ese suceso penoso hizo su fuerte resolución de jamás abandonar al Maestro. Jesús no duda del amor de su «Roca», pero le hace un triple examen para poderle repetir tres veces cómo quiere él que le demuestre su afecto. «Me amas. Apacienta mis ovejas».
Muchas formas ingeniosas podemos idear para manifestar nuestro amor, pero siempre será mucho más acertada aquella que nuestra persona amada nos ha confiado que le gusta más. Desde entonces San Pedro tuvo muy claro que amar a su grey -todos los cristianos- era lo mismo que amar a su Maestro, y que si quería darle su vida debía darla a sus ovejas. Lo importante siempre es hacer lo que Dios quiere y como Él lo quiere.