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EDD. miércoles 14 de septiembre de 2016

Miércoles de la vigesimocuarta semana del tiempo ordinario.
Por la paz y la justicia.
Propuesta celebrativa
Color: verde
http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2016-09-14
Antífona de entrada Eclo 36, 18-19
Concede la paz, Señor, a los que esperan en ti; escucha la oración de tus servidores y guíanos por el camino de la justicia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llamaste hijos tuyos a los que trabajan por la paz, concédenos la gracia de procurar, sin cesar, la justicia, única garantía de una paz sólida y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto    12, 31—13, 13
Hermanos:
Aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía.
Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo para hacer alarde, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasara jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño.
Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara.
Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.
Salmo responsorial     32, 2-5. 12. 22
R/. ¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!
Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; entonen para Él un canto nuevo, toquen con arte, profiriendo aclamaciones.
Porque la palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor.
¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que El se eligió como herencia!  Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti.

EVANGELIO

Aclamación al Evangelio   Cf. Jn 6, 63c. 68c
Aleluya.
Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida; Tú tienes palabras de Vida eterna.
Aleluya.
Evangelio
¡Les tocamos la flauta, y no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   7, 31-35
Dijo el Señor:
¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: ¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!
Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: “¡Tiene un demonio!” Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!” Pero la Sabiduría ha sido reconocida, como justa por todos sus hijos.
Reflexión :
http://es.catholic.net/op/articulos/6275/actitud-de-los-escribas-y-fariseos.html


Es difícil librarse de la influencia del «qué dirán» A todos nos salpica la opinión de los otros. Todos queremos tener un lugar en el corazón del otro. Nos gusta ser estimados y nos duele cuando oímos algún comentario no favorable a nuestra persona. Es que se nos ha preparado más para vivir de la exterioridad que de la riqueza que lleva dentro de sí toda persona; por eso andamos como veletas al vaivén de la opinión de la gente. Sí, es difícil tener un criterio personal, ser dueño de sí y vivir felices.
El Evangelio es exigente y no admite componendas: hay valores que no son conmutables por ninguna opinión; quizá por ser fiel a ellos te toque sufrir la crítica mordaz de la gente, pero al final lo auténtico da su talla, porque la luz es más fuerte que las tinieblas.
Señor, Jesús, que viniste al mundo como luz, no permitas nos cieguen las tinieblas del mal, sino que iluminados por el resplandor de tu rostro seamos ante el mundo testigos de tu amor.