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Visita del Papa a la Porciúncula.

La visita del Papa a la Porciúncula durará poco más de dos horas.      

En la tarde del 4 de agosto, después de haber rezado en silencio en la basílica de Santa María de los Ángeles en Asís, Francisco hará una meditación evangélica, después visitará la enfermería.
https://es.zenit.org/articles/porciuncula-la-visita-del-papa-de-poco-mas-de-dos-horas/

Porciúncula de Asís
  

Porciúncula de Asís

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Una visita “muy breve” pero “fuertemente deseada” y centrada en esa “pequeña porción” definida por el Pontífice como “el corazón latente de la Orden de los Hermanos Menores”.  Con estas palabras, los franciscanos han anunciado el programa de la visita del Santo Padre, el jueves 4 de agosto.
La peregrinación del papa Francisco tendrá lugar dos días después de la apertura de VIII Centenario del Perdón de Asís, que se realizará durante la solemne celebración eucarística –a las 11 del 2 de agosto– presidida por el cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia.
Serán tres los momentos que marcarán la peregrinación: la oración personal en la Porciúncula, una meditación propuesta para todos los presentes, y finalmente un encuentro con los Hermanos alojados en la enfermería provincial de la Porciúncula.
El aterrizaje del Santo Padre está previsto a las 15.40 en el campo deportivo “Migaghelli”, donde será recibido por monseñor Domenico Sorrentino, arzobispo de Asís y por otras autoridades civiles. A continuación se dirigirá en coche a la Basílica papal de Santa María de los Ángeles, dentro de la cual está la capilla llamada Porciúncula.
A las 16.00, en la Basílica, el Pontífice será recibido por el padre Michael Anthony Perry, ministro general de la Orden de los Hermanos Menores; el padre Claudio Durighetto, ministro provincial de los Hermanos Menores de la región de Umbría y el padre Rosario Gugliotta, custodio de la Porciúncula.
Una vez dentro de la Basílica, el papa Francisco vivirá un momento de oración silenciosa en la Porciúncula. Justo después ofrecerá una meditación del pasaje evangélico de Mateo 18, 21 – 35. Al terminar la catequesis, el Santo Padre saludará a los obispos y superiores de las Ordenes Franciscanas presentes, para visitar después la enfermería, donde le esperan unos 15 frailes.
Después de este breve momento, el Papa saldrá a la plaza de la Basílica para saludar a los fieles presentes en la plaza. Desde aquí, en torno a las 18.00, subirá al coche para ir de nuevo al campo deportivo. Así dará por concluida la breve visita a la Porciúncula, regresando al Vaticano en helicóptero.
En la porciúncula San Francisco escuchó mientras rezaba delante del crucifijo de San Damián: “Ve y repara mi Iglesia”.
El origen del Perdón de Asís se remonta a julio de 1216. San Francisco pidió en Perusa (Perugia) al papa Honorio III que todo el que, contrito y confesado, entrara en la iglesia de la Porciúncula, ganara gratuitamente una indulgencia plenaria, como la ganaban quienes se enrolaban en las Cruzadas, y otros que sostenían con sus ofrendas las iniciativas de la Iglesia. Desde entonces, la Iglesia ha seguido otorgando y ampliando esa gracia extraordinaria. En la actualidad, esta indulgencia se logra no solo en Santa María de los Ángeles o la Porciúncula, sino en todas las iglesias franciscanas, y también en las iglesias catedral y parroquias, cada 2 de agosto.
En el ángelus del 2 de agosto de 2009, el papa Benedicto XVI recordó este episodio de la vida de san Francisco. Así, explicó que el “Perdón de Asís”, que obtuvo el santo del papa Honorio III, llegó después de haber tenido una visión mientras se hallaba en oración en la pequeña iglesia de la Porciúncula. Apareciéndosele Jesús en su gloria, con la Virgen María a su derecha y muchos ángeles a su alrededor, le dijo que expresara un deseo, y Francisco imploró un “perdón amplio y generoso” para todos aquellos que, “arrepentidos y confesados”, visitaran aquella iglesia. Recibida la aprobación pontificia, el santo no esperó ningún documento escrito, sino que corrió a Asís y, al llegar a la Porciúncula, anunció la gran noticia: “Hermanos míos, ¡quiero enviaros a todos al paraíso!”.