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Comentario al evangelio de hoy miércoles 04 de mayo de 2016.

Lecturas de hoy Miércoles de la 6ª semana de Pascua
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Hoy, miércoles, 4 de mayo de 2016
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (17,15.22–18,1):
En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con Pablo cuanto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: «Atenienses, veo que sois casi nimios en lo que toca a religión. Porque, paseándome por ahí y fijándome en vuestros monumentos sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: «Al Dios desconocido.» Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo. El Dios que hizo el mundo y lo que contiene, él es Señor de cielo y tierra y no habita en templos construidos por hombres, ni lo sirven manos humanas; como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo. De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara la tierra entera, determinando las épocas de su historia y las fronteras de sus territorios. Quería que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de vuestros poetas: «Somos estirpe suya.» Por tanto, si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Dios pasa por alto aquellos tiempos de ignorancia, pero ahora manda a todos los hombres en todas partes que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre designado por él; y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos.»
Al oír «resurrección de muertos» unos lo tomaban a broma, otros dijeron: «De esto te oiremos hablar en otra ocasión.»
Pablo se marchó del grupo. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más. Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 148,1-2.11-12.13.14
R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos. R/.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños. R/.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. R/.
Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (16,12-15):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo anunciará.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 4 de mayo de 2016
Descargar imágenes Descargar imágenes Descargar imágenesJulio Corredor, cmf
Queridos hermanos en la fe y en el amor, avanzamos por los caminos que transitaron y han transitado los discípulos misioneros de Cristo ayer, hoy y siempre., fortalecidos por su Espíritu, que hace nuevas todas las cosas.
Primera lectura:« […] Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: «Atenienses, veo que sois casi nimios en lo que toca a religión. […] y fijándome en vuestros monumentos sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: «Al Dios desconocido”. […] Al oír «resurrección de muertos» unos lo tomaban a broma, otros dijeron: «De esto te oiremos hablar en otra ocasión. […] Algunos se le juntaron y creyeron ». (Hch 17, 15. 22-18,1).
Estamos ante uno de los hechos más emblemáticos de primera comunidad cristiana, la que está formando Pablo en las periferias del judaísmo, en los espacios menos aptos y comprensibles para el anuncio. El mundo griego, especialmente Atenas, es curioso, inquieto, afanado por las novedades del mundo. Veamos los tonos de este discurso en el Areópago ateniense, ejemplo para los discípulos misioneros de hoy y de siempre:
El tono conciliador, respetuoso y comprensivo del paganismo griego, parte de lo que refleja la realidad teológica del momento, del culto al Dios desconocido. Hay un empalme con la religiosidad natural que refleja los valores y la autenticidad de lo bueno de cada hombre en cada cultura. Pablo y la comunidad lucana, explicitan a un Dios creador, Señor de la historia, trascendente, que supera templos, ritos e ideologías, pero que está ahí en la realidad, próximo, dentro de ellos, del ser humano total, integrado, en el que no se pierde la unidad entre la inmanencia y la trascendencia.
El misterio de la libertad y condición humanas, porque el resultado de la predicación fue y ha sido de rechazo y aceptación a la vez. Lucas nos deja ver como muchos se alejan y otros en menor cantidad se abren al mansaje. Aquí queda claro, que el mensaje de Cristo conduce en un determinado momento de la vida del ser humano a decidirse y comprometerse y esto con todas sus consecuencias o a darle la espalda, hasta otro momento de la historia, en la que escuchará su voz y tendrá la conversión.
Evangelio: «Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. […] Él me dará la gloria porque recibirá de lo mío y se lo explicará a vosotros ». (Jn 16, 13-14).
Esta novedad muy es significativa para la fe de la primera comunidad y para las nuestras, las de hoy y de aquí: Es la Misión del Espíritu, la que dará continuidad a todo lo revelado por Jesucristo, el Hijo y el enviado del Padre. La aportación del Espíritu no es cuantitativa, sino cualitativa. Su presencia, su iluminación aclarará el misterio de la Misión de Cristo, la VERDAD. El Espíritu ha guiado y nos guiará al conocimiento de la Palabra de Vida en su totalidad, universalidad y trascendencia. De ahí que este proceso va guiando a la comunidad a la realización del proyecto propuesto por Jesús a sus discípulos. La misión del Espíritu es formar para la vivencia del misterio de salvación del ser humano en su totalidad, partiendo de la fe en Jesús, aceptado y comprendido con la luz siempre nueva y renovadora. Al decir Jesús, que El Espíritu todo lo recibirá de Él, está reflejando que la obra de salva