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HOMILÍA PARA LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 13 DE MARZO DE 2016.

Hermanos, dispongámonos para celebrar los Misterios centrales de nuestra fe en la próxima semana que se inicia con el Domingo de Ramos que es el 20. Un abrazo.. Hermano Pastor.
DOMINGO QUINTO DE CUARESMA.
Isaías 43,16-21: en la situación calamitosa que en se encuentra el Pueblo de Israel Dios va a intervenir; El salva a su Pueblo, pero con una liberación nueva, distinta: cambiará la situación de muerte en situación de vida. Y se vale de Ciro, rey de Persia, quien derrotará a los babilonios, opresores de Israel.
Filipenses 3,8-14: se nos propone el ideal de vida cristiana: el conocimiento pleno de Cristo. Pablo experimenta una insólita salvación: fue alcanzado por Cristo en el camino de Damasco; ahora él pretende alcanzar a Cristo.
Juan 8,1-11: insólita y sorpresiva intervención de Jesús con la pecadora; la salva, la pone de pie. Así es Dios con nosotros.
1.- Muchas veces en la Sagrada Escritura el Señor se revela como el Redentor y el Santo. Porque es Santo hará y hace justicia a su Pueblo. Y porque es Redentor es Liberador. El se hace cargo de su Pueblo. Por eso, todas las intervenciones de Dios son salvíficas, El salva, libera. Se vale de mediaciones. Así aparece en Isaías. Al pueblo sometido a la tiranía de los babilonios Dios lo salva valiéndose de Ciro, rey de Persia. Es que Dios siempre actúa a través de…
Y hoy la Palabra nos quiere afirmar y dar a conocer de qué manera el Señor salva. Porque El interviene, saca del atolladero de la manera menos esperada. Así lo hizo con su Pueblo, así lo hizo con Pablo y la mujer adúltera.
2.- El testimonio de Pablo es muy elocuente. Pablo es un apasionado por Cristo ya que experimentó la salvación: fue “alcanzado” por Cristo. Se dio cuenta que todo lo que tenía para gloriarse: su linaje judío, ser fiel cumplidor de la Ley (=fariseo) y ser un notable perseguidor de los cristianos, cae por tierra, es basura, es nada. En cambio ahora, después que el Señor lo alcanzó, sin intervención de la Ley, y le reveló su amor gratuito, Jesús, hasta ahora objeto de su persecución, comenzó a ser “mi Señor”. Sólo desea una sola cosa: “conocer a Jesús, es decir, tener un creciente encuentro y relación personal con El. Así salva Dios.
3.- Lo que nos muestra el evangelio va en la misma línea. La mujer nada tiene que alegar en su favor, le cae el peso de la Ley; los acusadores tienen toda la razón y llevan las de ganar. La intervención de Jesús muestra de qué manera salva Dios. A esta mujer que está en un callejón sin salida el Señor la salva: la perdona y la pone de pie. Jesús apela a la conciencia de los acusadores; en el fondo Jesús no solamente perdona, sino les hace ver a ellos que no deben erigirse en jueces del pecador, sino a considerar su propia situación.
Me llama la atención el gesto de Jesús: “inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo”. Es un gesto profético. En Jeremías 17,13 se lee: “los que se aparten de Ti serán escritos en el polvo”. Es decir, los que ponen su confianza en sus prácticas religiosas, pero dan la espalda a Dios son escritos en el polvo, es decir, desaparecerán pronto. Su religión poco vale.
Pablo ponía su confianza en la Ley, lo mismo los acusadores de la mujer. Los israelitas se gloriaban de su pasado. A estos el Profeta les dice: “No se acuerden de las cosas pasadas…Yo estoy por hacer algo nuevo”, una nueva salvación.
4.- Dios ha hecho algo nuevo. El, que es el Redentor y el Santo, ha actuado, ha hecho salvación en Jesús. No sólo en el pasado, sino también ahora “grandes cosas hizo el Señor por nosotros”. Nos ha sacado de un tremendo aprieto, ya que, no teniendo qué alegar en nuestro favor, Jesús se hizo cargo de todo, es nuestro Redentor. No necesitamos recurrir a nuestras artimañas y falsos refugios. Jesús es quien nos salva, nos rescata y libera. Basta que tengamos fe.
Hoy el Señor nos dice: “No lo vuelvas a hacer”, es decir, nos pide que cambiemos, que actuemos y trabajemos. Hoy en la Comunión somos “alcanzados” por Cristo; trabajemos por vivir permanentemente unidos a El. Mira que este es el Ideal de la vida cristiana, no hay otro. Y es esto lo que expresamos en la Comunión en la Comunión sacramental: permanecer siempre con El.
Hermano Pastor Salvo Beas.